Cuando una persona tiene buena suerte, perdona muchas cosas. Porque en ese momento se siente fuerte y no tiene ganas de competir con las personas y cosas externas. Una vez que una persona ha logrado cierto éxito en la sociedad y ha alcanzado un estado de riqueza tanto espiritual como material, comienza a dejar de lado las rencillas del pasado que le han atormentado.
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Cuando una persona tiene buena suerte, perdona muchas cosas. Porque en ese momento se siente fuerte y no tiene ganas de competir con las personas y cosas externas. Una vez que una persona ha logrado cierto éxito en la sociedad y ha alcanzado un estado de riqueza tanto espiritual como material, comienza a dejar de lado las rencillas del pasado que le han atormentado.